Una historia antes de dormir

-¡Abuela! ¡Abuela! ¿Me contaras otra historia sobre mi mamá? - la pequeña jocosa, se subió con algo de dificultad a su litera y deslizándose bajo los cobertores se acurruco hasta dejar expuesta ambas manos y su rostro hasta la altura de la nariz. Era una de esas noches heladas en la ciudad de (incert) en las que, ni las almas moribundas se animaban a penar por un bocadillo que sacie su miseria.
La Sra. Remedios se acomodó a un lado del ajuar de la menor, en un taburete lo bastante bajo como para acompañar a un lado a quien reposaba y lo bastante ancho para brindar comodidad como ningún otro.



- No esta noche Papita. - Terminología cariñosa que su nona solía utilizar para referirse a su amada nieta.

- ¿Entonces? ¿Sera una historia? ¿Un cuento de la biblia? ¿O quizás - sus ojos se abrieron gigantes, revelando el orbe completo desde la base hasta el parpado - me hablaras del mundo al que iré en instantes? ¿Qué me contaras abue? - las ansias eran solo consumidas por la curiosidad que sentía ante lo desconocido. Parte del ritual nocturno, era escuchar las sabias palabras de su abuela antes de dormir, y (incert name) anhelaba durante el día entero el siguiente relato que la conduciría al Astrario, el mundo de los sueños.

Las historias sobre ese universo eran de los cuentos favoritos de (name) y si se daba la oportunidad, rogaba por más detalles que amplíen su conocimiento sobre el mismo, pero Remedios; no disfrutaba de alimentar la imaginación de la niña con anécdotas ficticias y delirantes que le recordaran a su nuera, y las historias de este mundo, lo eran.



- Bien, te contaré un poco más sobre el mundo de los sueños. - se acomodó apoyando el codo sobre las cobijas y con la otra mano comenzó a acomodar sus cabellos en la almohada de plumas - ¿Recuerdas que la última vez mencione los “Skáfos”, jarrones que el Dios creo de su finita energía para cada persona? Hoy te hablare de ellas, pues, cuando tus ojos se cierren y al fin alcances un estado de sueño profundo, tu alma sincronizara con una de ellas y te resguardaras en su interior hasta mañana. Todos tenemos un skáfo al cual llegar, no siempre es el mismo, pero siempre tendremos uno. Los Skafos más sanos te llevan al nivel más alto del Astrario, allí donde los sueños son tan nítidos, que ni siquiera puedes notar que se trata de un sueño, puedes distinguir especies de árboles de criaturas o animales, las personas tienen rostros completos, cabello y hasta se distinguen las diferentes texturas de las telas en sus ropas.

- Pero, yo nunca tuve un sueño así... - Interrumpió (name) preocupada, intentando darles sentido lógico a las palabras de su nona.

- Para ir a un Skafo sano, deberías comer todos tus vegetales papita, y hacer caso cuando se te pide algo, o incluso pórtate bien cuando quedas en casa sola - la pequeña esbozó un buchero mientras entrecerraba los ojos y se ocultaba bajo la frazada unos segundos hasta escuchar otra vez la voz de su abuela - No, no, no... las personas que no se cuidan en cuerpo y mente, debilitan su espíritu, y enferman el alma; las almas enfermas pierden luz y su brillo no alcanza para atraer Skafos de excelente calidad - Remedios acaricio la cara de la niña y con el dedo índice pico su mejilla - niñas rebeldes como tú o viejas como yo, a duras penas atraemos vasijas dañadas, quizás sucias y simples; para nosotras, alcanzar el Segundo nivel ya sería un logro y, es por eso que no recordamos casi nada de nuestros sueños o se nos olvida poco después de despertar: esos son los efectos que tiene el ultimo nivel, el piso de aquel mundo, casi ya en la playa del borde del occidente desde donde salen los Oniros cada noche. Lugares que se parecen a sitios que conocemos, personas sin rostro de quienes no podemos distinguir que llevan puesto, si cuentan con todas sus extremidades o si al menos hablan con nosotros, arriba es abajo y las puertas conducen a salas o a exteriores impensados - la anciana comienza a reír - es todo un despelote.



- Yo quiero recordar lo que sueño. - insistió la pequeña arqueando las cejas.

- Nunca es tarde para llevar una buena vida que descanse el alma, no deberías rendirte. - Remedios se enderezo antes de retomar el relato - Todos somos skafos en el Astrario, cada persona que vez, cada animal, incluso los objetos inanimados que se mueven con vida propia, todos son un skafo que refleja lo que está en nuestro subconsciente, mientras vos ves a los animales que visitaste en el zoológico, otra persona ve sus recuerdos del día en vos y, es por eso que no tenemos el control sobre los sueños, como no tenemos el control sobre las personas - Entonces, Remedios notó que se quedó sin oyentes esa noche, la pequeña yacía dormida como una doncella que anhelaba un beso salvador.



- Que descanses papita. - reposo sus resquebrajados labios sobre la pálida mejilla de la niña y tras un sonido sutil de su boca, se alejó retirándose del dormitorio.